domingo, 3 de junio de 2012

Fue guapo en rodeo ajeno


Triunfazo. No hay palabra más adecuada para calificar el resultado que Central Córdoba obtuvo hoy ante Laferrere. Es que más que nunca el Charrúa llegaba como punto, y dio un tremendo batacazo en La Matanza que le permitió acceder a la siguiente fase del Reducido de Primera C. Fue 3 a 1 con goles de Nahuel Rodríguez, Nicolás De Bruno y Alejandro Fiorina.



El choque era más que bravo, y se sabía por experiencia. El pasado lunes en el partido de ida, Córdoba encontró en Laferrere un durísimo adversario que le complicó las cosas más de lo esperado, y al cual recién le pudo igualar las acciones a instantes del final. Y no solamente fue duro desde lo futbolístico, sino que tras la finalización del partido hubo un encontronazo importante entre ambos planteles, que dejaban un panorama muy picante de cara a la vuelta.

Por eso, el Charrúa salió a la cancha hoy con muchísimo temple y aplomo, decidido a llevarse la clasificación desde el primer minuto, algo que conseguía ganando por cualquier resultado. Y a diez minutos del final de la primera etapa tuvo su recompensa, cuando el lateral Nahuel Rodríguez entró sin marca al área y la empujo a la red quebrando la resistencia del arquero Joaquín González.

Así se fueron los equipos al descanso, con ventaja justificada para los de Tablada, que habían hecho mejor las cosas en base al audaz planteo impuesto por Marcelo Vaquero y los suyos.

Pero para la segunda mitad, el libreto cambió radicalmente. Lafe salió a jugar con el corazón herido y metió al Charrúa contra su arco a la fuerza, sin demasiado juego. Y de tanto mover el árbol, el gol terminó cayendo. Ya que el punta Francisco Rodríguez aprovechó la pasividad de la defensa visitante sobre la media hora de la complementaria, y puso la igualdad que le daba la clasificación al Villero.

En ese momento, todos el mundo presente imaginó un trámite cuesta arriba para el Charrúa, ya que lo habían golpeado en el momento justo. Pero fue entonces que sucedió lo inesperado. Instantes después de sacar del medio, Nicolás de Bruno se la llevó de guapo y clavó un tremendo golazo que fue un baldazo de agua helada para el local, que había redoblado esfuerzos para igualar el marcador y que de golpe se encontraba en desventaja otra vez.

A partir de entonces los de Vaquero se dedicaron a aguantar el marcador casi como leones, sabiendo de la importancia que tenía ese tanto convertido por De Bruno. Y a dos minutos del final, en un esporádico contragolpe, estiró la ventaja por intermedio de Alejandro Fiorina, quien solo tuvo que empujarla debajo del arco tras un rebote que le quedó servido al delantero en el área menor.

Así, se extinguió el partido. Pero lo que no se extinguió fue el coraje del equipo de Tablada, que jugó este partido como una verdadera final, y que tuvo su premio metiéndose en las semifinales del Reducido de la C. Y además sabe que contará con ventaja deportiva de aquí hasta el final. Algo que no es para nada menor, en un certamen en donde los equipos se imponen por mínimas diferencias.

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