martes, 17 de abril de 2012

Crónica de un final no anunciado


Cuando el árbitro Juan Bruno marcó el final del partido del pasado domingo en el cual Tiro Federal cayó ante Alumni de Villa María por 1 a 0 y en condición de local, no sólo decretó la finalización del cotejo, sino que además le puso fin a la temporada 2011/2012 del Tirolense en el Torneo Argentino A. El campeonato terminó de manera precipitada para los de Ludueña, ya que las aspiraciones a mediados del año pasado eran las de volver pronto al campeonato de Primera B Nacional. Pero la falta de fortaleza anímica del equipo y el continuo cambio de cuerpos técnicos conspiraron para que el plantel de Tiro Federal esté ya de vacaciones, y a mediados de abril.

Pero para explicar este desenlace, hay que evaluar cómo fue el andar de Tiro durante la temporada. A mediados del año pasado las expectativas del presidente Carlos Dávola eran las de formar un equipo competitivo que pelee el ascenso a la Primera B Nacional. El descenso al Argentino A había pegado duro en el ánimo del mandamás tirolense y rápidamente se contrató un cuerpo técnico que pudiera formar un equipo competitivo. El elegido fue Ricardo Johansen (otrora técnico de la reserva de Newell´s) quien contaba con buenas referencias como consecuencia de su trabajo en la institución leprosa.
De movida el plantel respondió. Durante las primeras seis fechas Tiro Federal estuvo invicto en torneo, cosechando 4 victorias y 2 empates que lo catapultaron a la cima de la Zona Norte del Argentino. Parecía que la cosa iba entre rieles. Pero de golpe, el equipo entró en un pozo futbolístico, y esto, sumado a la eliminación en la Copa Argentina, hizo poner molesto a Dávola y a su comisión directiva. Y a quien no le gustó nada esto fue al entrenador, quien pegó el portazo y se fue del club a mediados de octubre.
Para suplantar a Johansen la directiva decidió contratar a Marcelo Vaquero, de amplio currículum como entrenador de equipos rosarinos en el ascenso. Con la llegada del nuevo técnico la situación no varió demasiado, y Vaquero pudo festejar su primer triunfo como DT recién al cuarto partido. A partir de entonces el equipo mostró algunos destellos de buen juego, pero el funcionamiento era muy irregular, y terminó el año alternando buenos y malos resultados. Igualmente le alcanzaba, ya que Tiro estaba entre los seis primeros y de esta manera se metía en la próxima fase del torneo.
Para el año 2012 se decidió respaldar al cuerpo técnico entrante, y se hizo un esfuerzo para traer un refuerzo de jerarquía: el volante Gabriel Roth. Esto hacía presagiar un buen andar durante el segundo semestre del año. Pero nada de esto ocurrió, y el equipo entró en una alarmante pendiente que lo llevaron a jugarse la clasificación en las últimas dos jornadas.
El objetivo se le escurrió de entre las manos de manera tan inesperada como absurda. Ya que con sólo sumar una unidad durante alguna de esas dos presentaciones se hubiese metido en la fase final del torneo. Pero fue víctima de su propio nerviosismo y cayó en desgracia. Primero fue derrotado por un débil Sportivo Belgrano en Ludueña y luego no pudo aprovecharse de un necesitado Talleres en Córdoba.
Así, el Tirolense se quedó sin la chance de pelear por el ascenso directo. Igualmente todavía le quedaba la opción de jugársela en la Revalida. Este mini-torneo otorga una plaza para jugar la promoción ante un equipo de la Primera B Nacional tras varias fases, y era lo único que le quedaba a Tiro Federal por pelear. Todo fue cuesta abajo desde el principio. Tras la primera fecha Marcelo Vaquero dejó la dirección técnica del equipo, y la suerte del Tirolense parecía echada.
En su reemplazo llegó David Charles Pérez, de gran pasar por la institución como jugador. El flamante DT intentó cambiar el chip del plantel para que creyeran en sí mismos y en su juego. De arranque el objetivo pareció cumplido, ya que el equipo arrasó a Central Norte de Salta en Ludueña. Todo daba a entender que Tiro había vuelto a ser el de comienzos del 2011. Pero esto fue apenas un espejismo, una ilusión óptica. Y a partir de entonces los de Ludueña entraron en un ostracismo total, que no sólo trajo como consecuencia la perdida de la chance de pelear por un lugar en la promoción, sino que llevó al equipo al último lugar de la tabla.
El balance de la temporada de Tiro es, cuanto menos, malo. Las expectativas eran las de poder llevar al equipo a pelear en los primeros lugares, algo que con muy poquito se hubiese conseguido pero que se escapó como arena entre las manos. Podrán estar tranquilos los jugadores en sus casas, tienen un mes más de vacaciones. Ojalá que les sirva para revertir en el próximo año la pálida imagen que dejaron durante la última temporada.

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