sábado, 14 de abril de 2012

Luchó, sufrió y ganó


Lo que cuesta vale, dice el refrán. Y vaya si Central Córdoba lo sabrá. Es que el Charrúa obtuvo hoy tres puntos de oro en su visita a Liniers y volvió a la senda del triunfo. Un camino que parecía que había quedado en el olvido, y que a base de mucha entrega, se recuperó. Fue 2 a 1 con tantos de Marcos Figueroa y Alejandro Fiorina, en un partido muy disputado y de trámite intenso.

El cotejo pintaba como accesible para los de Tablada. Es que su rival venía muy mal en el campeonato de Primera C (penúltimo, con 34 unidades) y en los papeles Córdoba debía resolver el trámite sin demasiadas complicaciones. Pero nada de esto sucedió, y Liniers salió dispuesto a vender muy cara la derrota, con el afán de sorprender a los dirigidos por Marcelo Vaquero. Por eso durante la primera media hora de juego el partido fue muy equilibrado, y se luchaba más de lo que se jugaba. Pero a los 34 minutos, todo cambió. El ex Central Marcos Figueroa apareció por sorpresa y decretó la apertura del marcador ante la pasividad de la defensa local.
Parecía entonces que Central Córdoba iba a tener una tranquila tarde en Liniers, y que los tres puntos ya se venían a Rosario bajo el brazo. Pero poco le duró la alegría a Vaquero y a los suyos, ya que a tres minutos del final de la primera etapa se hizo presente en las redes el atacante Hugo Palmerona. En el banco visitante nadie lo podía creer. El viejo fantasma de no saber mantener la ventaja, ese que acosó al Charrúa durante casi todo el 2012, sobrevolaba en el oeste del Gran Buenos Aires y los rostros de los jugadores reflejaban un inmenso malestar cuando el árbitro Hernán Mastrángelo decretó la finalización de la primera mitad.
El trámite no varió demasiado para la segunda parte, y ambos equipos eran presos de una mediocridad llamativa. Así fueron transcurriendo los minutos, y ante la escases de iniciativa de los protagonistas, parecía que el partido se iba en tablas. Pero a siete minutos del final, Alejandro Fiorina, quien había ingresado en la segunda mitad, apareció por sorpresa durmiendo a la defensa de Liniers y puso en ventaja a Central Córdoba, desatando además la algarabía de todo el banco charrúa.
De ahí en más Córdoba se dedicó a aguantar la ventaja como sea. Y en su afán de llevarse los tres puntos vio la roja por doble amarilla Nicolás Canessa, complicando más la misión de Vaquero y los suyos. Pero esta vez iba a ser para los de Tablada. A base de muchísimo sacrificio, de una defensa ordenada y de la falta de ideas del local, pudo traerse los tres puntos a Rosario, cortando además una racha de 5 partidos sin triunfos.
La victoria calmó las aguas, ya que luego de varias semanas con complicaciones de todo tipo el Charrúa podrá trabajar con la cabeza tranquila, al menos desde lo futbolístico. Material para meterse en la pelea no le falta a Marcelo Vaquero. Los resultados dirán si la utopía de conseguir el ascenso directo todavía es posible. 

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