Lo que cuesta vale, dice el refrán. Y vaya si Central Córdoba lo
sabrá. Es que el Charrúa obtuvo hoy tres puntos de oro en su visita a Liniers y
volvió a la senda del triunfo. Un camino que parecía que había quedado en el
olvido, y que a base de mucha entrega, se recuperó. Fue 2 a 1 con tantos de
Marcos Figueroa y Alejandro Fiorina, en un partido muy disputado y de trámite
intenso.
El cotejo pintaba
como accesible para los de Tablada. Es que su rival venía muy mal en el
campeonato de Primera C (penúltimo, con 34 unidades) y en los papeles Córdoba
debía resolver el trámite sin demasiadas complicaciones. Pero nada de esto
sucedió, y Liniers salió dispuesto a vender muy cara la derrota, con el afán de
sorprender a los dirigidos por Marcelo Vaquero. Por eso durante la primera
media hora de juego el partido fue muy equilibrado, y se luchaba más de lo que
se jugaba. Pero a los 34 minutos, todo cambió. El ex Central Marcos Figueroa
apareció por sorpresa y decretó la apertura del marcador ante la pasividad de
la defensa local.
Parecía entonces que Central Córdoba iba a tener una tranquila
tarde en Liniers, y que los tres puntos ya se venían a Rosario bajo el brazo.
Pero poco le duró la alegría a Vaquero y a los suyos, ya que a tres minutos del
final de la primera etapa se hizo presente en las redes el atacante Hugo
Palmerona. En el banco visitante nadie lo podía creer. El viejo fantasma de no
saber mantener la ventaja, ese que acosó al Charrúa durante casi todo el 2012,
sobrevolaba en el oeste del Gran Buenos Aires y los rostros de los jugadores reflejaban
un inmenso malestar cuando el árbitro Hernán Mastrángelo decretó la
finalización de la primera mitad.
El trámite no varió demasiado para la segunda parte, y ambos
equipos eran presos de una mediocridad llamativa. Así fueron transcurriendo los
minutos, y ante la escases de iniciativa de los protagonistas, parecía que el
partido se iba en tablas. Pero a siete minutos del final, Alejandro Fiorina,
quien había ingresado en la segunda mitad, apareció por sorpresa durmiendo a la
defensa de Liniers y puso en ventaja a Central Córdoba, desatando además la
algarabía de todo el banco charrúa.
De ahí en más Córdoba se dedicó a aguantar la ventaja como sea. Y
en su afán de llevarse los tres puntos vio la roja por doble amarilla Nicolás
Canessa, complicando más la misión de Vaquero y los suyos. Pero esta vez iba a
ser para los de Tablada. A base de muchísimo sacrificio, de una defensa
ordenada y de la falta de ideas del local, pudo traerse los tres puntos a
Rosario, cortando además una racha de 5 partidos sin triunfos.
La victoria calmó las aguas, ya que luego de varias semanas con
complicaciones de todo tipo el Charrúa podrá trabajar con la cabeza tranquila,
al menos desde lo futbolístico. Material para meterse en la pelea no le falta a
Marcelo Vaquero. Los resultados dirán si la utopía de conseguir el ascenso
directo todavía es posible.
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