(Video gentileza de www.dalecentral.com.ar)
(Por Maximiliano Quintana) Rosario Central derrotó hoy a la tarde 3 a 1 a Guillermo Brown de Puerto Madryn y trepó a la zona de ascenso directo (Instituto, al igual que Quilmes, juegan mañana y si ganan lo pasan a los de Pizzi). Los goles del encuentro fueron obra de Santiago Biglieri y Gonzalo Castillejos, en dos oportunidades, para El Canalla. Mientras que Gonzalo Klussener había logrado el empate transitorio para los locales.
En la previa a este choque se esperaba ver a un Central agresivo y siendo protagonista, tratando de buscar rápidamente la ventaja en el marcador. Pero sucedió todo lo contrario. En los primeros minutos los que dominaron la pelota y manejaron el partido fueron los locales, dirigidos por Dalcio Giovagnoli. Y esa superioridad quedó evidenciada más aún cuando el árbitro Diego Ceballos cobró penal tras una discutida falta de Ferrari adentro del área. Para los de Madryn era la inmejorable chance de ponerse en ventaja en el tanteador rápidamente. Para los de Pizzi, en cambio, era como revivir tiempos no muy lejanos. Los fantasmas del bosque platense, y algunos del Mario Alberto Kempes, empezaban a asomarse. Pero en este caso, Manuel García adivinó la intención de Juan Manuel Tévez y contuvo el remate. Tras esa jugada, el partido cambió totalmente el rumbo.
Los locales sintieron el golpe de haber errado el penal. Central se hizo dueño de la pelota y fue el que tuvo las mejores llegadas. Se empezaron a soltar los volantes externos ( Biglieri y Gómez) y comenzó a aparecer más en juego Antonio Medina, el jugador más desequilibrante de los de Arroyito. Precisamente fue El Tony el que, tras una buena jugada personal, asistió a Biglieri, que definió de emboquillada, por arriba del arquero Sebastián Pereyra. Fue el 1 a 0. No había hecho mucho Central, pero era justa la diferencia en el marcador.
El partido y el balón siguieron siendo manejados por el conjunto rosarino, quienes tuvieron varias oportunidades de aumentar la ventaja, pero la falta de contundencia de sus delanteros se lo impidieron. Los dirigidos por Pizzi eran mucho más que los de Giovagnoli, pero el tanteador sólo marcaba un gol de diferencia al término de la primera parte.
En el complemento, como al inicio del partido, Guillermo Brown fue el que empezó manejando la pelota. Central parecía conformarse con la mínima ventaja. Y eso El Canalla lo pagó muy caro. Porque, con sus limitaciones a cuestas, el local consiguió el gol del empate tras un tiro de esquina. El guardametas auriazul despejó la pelota con los puños, pero en la segunda jugada, ni el propio arquero ni Nahuel Valentini, pudieron presionar a Klussener, que casi sin oposición, marcó el empate.
Todo era confusión en Central. Nadie generaba juego y casi que no llegaba con peligro al arco rival. Pero cuando los fantasmas del pasado parecían que se acercaban, el mejor jugador de los de Pizzi volvió a aparecer. Medina encaró por izquierda, eludió a un defensor, se metió en el área y alcanzó a tocar la pelota antes que Leonardo Borzani, quien llegó tarde y le cometió una clara infracción. Ceballos marcó penal y Castillejos lo cambió por gol. De esta manera, volvía la tranquilidad para Pizzi y su cuerpo técnico.
Luego del segundo tanto, El Canalla retrocedió sus líneas y apostó por jugar al contragolpe. El rival manejaba la pelota pero casi que no generaba peligro. Central tuvo algunos ataques en los que pudo haber liquidado el partido, pero la mala definición de las jugadas por parte de sus jugadores era la culpable de que la ventaja fuera, todavía, mínima. Hasta que, ya en tiempo adicionado, Riky Gómez manejó bien una contra, la tocó para Monje y el chileno asistió a Castillejos, que con un remate cruzado de derecha colocó el 3 a 1 definitivo.
La última jugada del partido fue una falta de Fabio Giménez que el árbitro sancionó con tarjeta amarila. El jugador del equipo de Giovagnoli protestó y el juez lo expulsó tras mostrarle la segunda amarilla.
Mucha era la expectativa que había alrededor de este encuentro. Porque Central no podía seguir desperdiciando puntos de visitante (no ganaba jugando en esta condición desde noviembre de 2011), y porque los que pelean el ascenso con los de Arroyito no dan tregua. Por eso El Canalla debía sumar de a tres. Y eso fue lo que sucedió. Costó. Algunos dirán que no se jugó del todo bien. Pero el torneo de la Primera B Nacional entró en una etapa en la que sólo sirve ganar. Y Central ganó.
(Por Maximiliano Quintana) Rosario Central derrotó hoy a la tarde 3 a 1 a Guillermo Brown de Puerto Madryn y trepó a la zona de ascenso directo (Instituto, al igual que Quilmes, juegan mañana y si ganan lo pasan a los de Pizzi). Los goles del encuentro fueron obra de Santiago Biglieri y Gonzalo Castillejos, en dos oportunidades, para El Canalla. Mientras que Gonzalo Klussener había logrado el empate transitorio para los locales.
En la previa a este choque se esperaba ver a un Central agresivo y siendo protagonista, tratando de buscar rápidamente la ventaja en el marcador. Pero sucedió todo lo contrario. En los primeros minutos los que dominaron la pelota y manejaron el partido fueron los locales, dirigidos por Dalcio Giovagnoli. Y esa superioridad quedó evidenciada más aún cuando el árbitro Diego Ceballos cobró penal tras una discutida falta de Ferrari adentro del área. Para los de Madryn era la inmejorable chance de ponerse en ventaja en el tanteador rápidamente. Para los de Pizzi, en cambio, era como revivir tiempos no muy lejanos. Los fantasmas del bosque platense, y algunos del Mario Alberto Kempes, empezaban a asomarse. Pero en este caso, Manuel García adivinó la intención de Juan Manuel Tévez y contuvo el remate. Tras esa jugada, el partido cambió totalmente el rumbo.
Los locales sintieron el golpe de haber errado el penal. Central se hizo dueño de la pelota y fue el que tuvo las mejores llegadas. Se empezaron a soltar los volantes externos ( Biglieri y Gómez) y comenzó a aparecer más en juego Antonio Medina, el jugador más desequilibrante de los de Arroyito. Precisamente fue El Tony el que, tras una buena jugada personal, asistió a Biglieri, que definió de emboquillada, por arriba del arquero Sebastián Pereyra. Fue el 1 a 0. No había hecho mucho Central, pero era justa la diferencia en el marcador.
El partido y el balón siguieron siendo manejados por el conjunto rosarino, quienes tuvieron varias oportunidades de aumentar la ventaja, pero la falta de contundencia de sus delanteros se lo impidieron. Los dirigidos por Pizzi eran mucho más que los de Giovagnoli, pero el tanteador sólo marcaba un gol de diferencia al término de la primera parte.
En el complemento, como al inicio del partido, Guillermo Brown fue el que empezó manejando la pelota. Central parecía conformarse con la mínima ventaja. Y eso El Canalla lo pagó muy caro. Porque, con sus limitaciones a cuestas, el local consiguió el gol del empate tras un tiro de esquina. El guardametas auriazul despejó la pelota con los puños, pero en la segunda jugada, ni el propio arquero ni Nahuel Valentini, pudieron presionar a Klussener, que casi sin oposición, marcó el empate.
Todo era confusión en Central. Nadie generaba juego y casi que no llegaba con peligro al arco rival. Pero cuando los fantasmas del pasado parecían que se acercaban, el mejor jugador de los de Pizzi volvió a aparecer. Medina encaró por izquierda, eludió a un defensor, se metió en el área y alcanzó a tocar la pelota antes que Leonardo Borzani, quien llegó tarde y le cometió una clara infracción. Ceballos marcó penal y Castillejos lo cambió por gol. De esta manera, volvía la tranquilidad para Pizzi y su cuerpo técnico.
Luego del segundo tanto, El Canalla retrocedió sus líneas y apostó por jugar al contragolpe. El rival manejaba la pelota pero casi que no generaba peligro. Central tuvo algunos ataques en los que pudo haber liquidado el partido, pero la mala definición de las jugadas por parte de sus jugadores era la culpable de que la ventaja fuera, todavía, mínima. Hasta que, ya en tiempo adicionado, Riky Gómez manejó bien una contra, la tocó para Monje y el chileno asistió a Castillejos, que con un remate cruzado de derecha colocó el 3 a 1 definitivo.
La última jugada del partido fue una falta de Fabio Giménez que el árbitro sancionó con tarjeta amarila. El jugador del equipo de Giovagnoli protestó y el juez lo expulsó tras mostrarle la segunda amarilla.
Mucha era la expectativa que había alrededor de este encuentro. Porque Central no podía seguir desperdiciando puntos de visitante (no ganaba jugando en esta condición desde noviembre de 2011), y porque los que pelean el ascenso con los de Arroyito no dan tregua. Por eso El Canalla debía sumar de a tres. Y eso fue lo que sucedió. Costó. Algunos dirán que no se jugó del todo bien. Pero el torneo de la Primera B Nacional entró en una etapa en la que sólo sirve ganar. Y Central ganó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario